La reliquia cristiana, conocida en el mundo como la Sábana Santa de Turín consiste en una pieza de lino de cuatro metros. Según la tradición, con ella fue envuelto el cuerpo de Cristo una vez que fuera retirado de la cruz. La reliquia se mantuvo durante largo tiempo en un templo de Constantinopla. En la Edad Media, después de que Bizancio fuera saqueada por los cruzados la mortaja santa fue llevada a Francia y desde allí fue a dar a Italia. Hoy en día, el Santo Sudario se encuentra en la catedral de San Juan Bautista, de Turín. El Vaticano, debido a las discusiones multiseculares sobre su origen, hasta ahora no reconocido oficialmente la autenticidad del lienzo, lo que sin embargo no ha sido óbice para que la Santa Sede la considere una reliquia de las principales de la Iglesia.
El presente estudio de la Sábana Santa duró unos cinco años. Los científicos realizaron una serie de complejísimas pericias, explicaba a nuestra emisora la crítica de arte, miembro de la Comisión investigadora del Vaticano, Ekaterina Sinitzina-Santoni.
- Fue establecido que el lienzo del santo Sudario, que data del primer siglo después de Cristo es lino. Hemos probado la ausencia total de pigmento, es decir, se puede afirmar que tiene procedencia no manual. Todos los fragmentos que fueron encontrados son de origen orgánico. En la Biblia se señala que Jesucristo estuvo 40 horas envuelto en el santo Sudario. Las investigaciones mostraron que el cadáver con que envuelto ese lienzo se encontró realmente allí 40 horas. Podemos afirmar que, en un 95%, la Sábana Santa es genuina.
A propósito, los resultados de las pericias confirmaron también el hecho descrito en la Biblia de la milagrosa Resurrección, agrega la especialista.
- Entre los hebreos existía la tradición de lavar siete veces el cuerpo del muerto. Como se sabe, Jesucristo no fue lavado una vez siquiera, sino que recibió un baño de esencias perfumadas. Imagínense: si el cadáver se encontró en el lienzo 40 horas, la sangre más el aceite, el lienzo habría quedado adherido naturalmente. Por consiguiente, si lo hubieran retirado mecánicamente habrían quedado huellas de que lo desollaron. No encontramos un solo vestigio de ese tipo. Es decir, como si el cadáver se hubiera evaporado. A favor de ello habla también el contorno que se distingue en el lienzo. Y es que cuando un paño blanco se encuentra largo tiempo bajo el sol, este se pone amarillo. Mientras que el contorno en el Sudario, el rostro, las manos, el cuerpo es el resultado de fosforescencia. Qué enorme energía debía emanar de ese cuerpo que pudo generar ese contorno.
La Sábana Santa “reveló” también a los científicos el grado de crueldad de la ejecución misma. En todos los Evangelios se lee que Jesucristo, antes de ser crucificado fue sometido a martirios. De acuerdo con las Sagradas Escrituras, los verdugos fueron dos y sus látigos tenían extremos metálicos, como se acostumbraba en el ejército romano. Los latigazos fueron no menos de cuarenta y ellos, según las huellas estampadas en el lienzo cubrían toda la espalda, el pecho y las piernas. Poco antes de la muerte, sobre la cabeza del martirizado le impusieron una corona de espinas. Durante largo tiempo los científicos estimaban que tal coronación fue no mas que un método de vilipendio. Pero, las investigaciones mostraron que esta fue una de las torturas. Las espinas de la corona eran agudas, herían la cabeza y la sangre corría por el cabello y el rostro de Jesucristo, lo que quedó también reflejado en el dibujo de la Sábana Santa.
Para la Iglesia de Rusia, la Sábana Santa de Turín es también una reliquia de las mas importantes. El padre Georgui Roshin, representante del departamento del Sínodo para la Cooperación de la Iglesia y la Sociedad, asevera que, tan solo para los escépticos es indispensable la confirmación científica de la veracidad de la reliquia.
- La fe parte del corazón, señala el padre Roshin. Y los factores externos son tan solo el apoyo positivo para dialogar con aquellos que por ahora no han alcanzado la fe. A lo largo de toda la historia de la humanidad, los científicos, si no han fundamentado unos u otros hechos religiosos, han encontrado en ellos el sello del Creador.
No obstante que los científicos italianos decidieron continuar las investigaciones del Santo Sudario, el Vaticano consideró del todo convincentes las últimas conclusiones científicas. Es muy probable que la Santa Sede declare genuina la Sábana Santa de Turín. Los representantes de la Iglesia Católica aseguran que los argumentos de los científicos no hacen mas que robustecer los cánones y contribuyen a aumentar el número de creyentes en el mundo.
La Voz de Rusia