A juicio del gobierno, los cristianos no deben llevar en el trabajo el distintivo patente de su credo religioso. Londres se propone defender dicha postura en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (DDHH).
Este Tribunal examina dos casos parecidos. La azafata de la British Airways Nadya Eveyda y la enfermera Shirley Chaplin impedidas de ejercer sus trabajos por negarse a cumplir la prohibición de sus superiores de llevar una cruz por encima del uniforme. Las mujeres vieron en ello un atropello al artículo 9 de la Convención europea de DDHH, referente al derecho universal de la libertad de pensamiento, conciencia y religión. En tanto, el gobierno británico cerró filas con los empresarios. Allí subrayan que, llevar la cruz no es una exigencia obligatoria para los cristianos. Por consiguiente, la prohibición es una cuestión de ética y de normativas de vestuario, y en absoluto una discriminación por razón de religión.
Ninguna confesión cristiana del mundo tiene cánones obligatorios, relacionados con la forma de llevar la cruz, indica el sacerdote ortodoxo Maxim Obujov:
—Estas son tradiciones de devoción que no tienen fuerza obligatoria. Y ello significa que la persona, siendo cristiana, puede o no llevar la cruz. Y algunos cristianos, por ejemplo en África, se hacen incluso un tatuaje en forma de cruz. Sin embargo, la tradición de llevar la cruz es muy estable. Y lo que ha ocurrido en Inglaterra es parte de la tendencia general. En Gran Bretaña y en el mundo anglosajón en general, el anticristianismo está simplemente de moda.
Es más, esto se refiere no solo a atributos externos, sino también a ideas, al modo de vida, a cuestiones de educación. Por ejemplo, el año pasado, a un matrimonio británico cristiano le negaron la adopción de un niño, debido a que, los niños que tenían en la familia fueron inculcados sobre la condena a las relaciones homosexuales. Tomando en cuenta que en la Iglesia Anglicana, el gay no sólo puede ser sacerdote, sino que puede incluso casarse, las ideas cristianas tradicionales sobre la sodomía difieren de las oficialmente aceptadas en el Estado. Es más, la actitud de los cristianos con respecto a los homosexuales puede ser definida de ofensiva para una parte de la sociedad. Desde ese punto de vista, la prohibición de llevar la cruz, al igual que la condena de la homofobia es el intento de defender los DDHH. Lo mismo que, por ejemplo, la prohibición de llevar el hidjab en lugares públicos en algunos países de Europa. Evgueni Ijlov, experto del movimiento “Por los derechos humanos” opina así:
—Es el intento de defender a las jóvenes y mujeres oriundas de países islámicos que desean vestirse como europeas modernas. Pero, sobre ellas ejercen presión del medio propio también, debido a que, en la tradición islámica, es muy mal vista una joven sin el pañuelo. Pero, por cuanto toda joven a la que le piden que no ande con el rostro tapado dirá: ¿Y por qué es posible andar con la cruz? Inmediatamente acudirá al tribunal y ganará el caso, porque eso es discriminación.
Por lo demás, todos los intentos de marginar de la vida contemporánea las manifestaciones de religiosidad conllevan el surgimiento de otros fenómenos, no menos religiosos, pero más arriesgados en la sociedad.
La Voz de Rusia