El abad Efrem, quien rechaza todos los cargos, se encuentra desde ayer en una prisión de Atenas, mientas dura la investigación. Este religioso se hizo célebre en Rusia gracias al Cinturón de la Virgen, una reliquia cristiana que él llevó a Moscú en noviembre pasado y que, según algunas estimaciones, fue venerada por unos tres millones de creyentes que acudieron a verla a la moscovita Catedral de Cristo Salvador.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexandr Lukashévich, manifestó hoy su “profunda preocupación” por el encarcelamiento del archimandrita y recordó que él se declara dispuesto a cooperar con los organismos sumariales. La decisión de la Justicia griega, según él, “no tiene en cuenta las resoluciones y las recomendaciones del Tribunal Europeo de Derechos Humanos” en lo referente a la prisión preventiva.
La respuesta de Atenas no se hizo esperar. El portavoz de la cancillería griega, Grigoris Delavekuras, subrayó que “Grecia es un Estado de derecho con larga tradición democrática de respeto por los derechos humanos”. Un Estado en que hay pleno respeto hacia la independencia del sistema judicial y una estricta división de poderes. Grecia no admite recomendaciones en esos temas”, declaró al comentar las palabras de su colega ruso.
Al mismo tiempo, reafirmó el interés de Atenas de promover las relaciones bilaterales con Moscú.