La religión volvió a las aulas rusas en 2010, pero sólo en 19 regiones. La iniciativa –un programa piloto que benefició a unas 12.000 escuelas– estuvo promovida por el Patriarca de Moscú y respaldada por el Kremlin, muy interesado en favorecer los valores tradicionales de la cultura rusa.
Cuando Dimitri Medvedev, entonces presidente ruso, comunicó oficialmente a la opinión pública el lanzamiento del programa piloto en julio de 2009 tranquilizó a quienes veían la iniciativa con recelo. “Los estudiantes y sus padres podrán elegir libremente”, aseguró.
Ahora el primer ministro Vladimir Putin se limita a ampliar para todas las escuelas del país el programa piloto de Medvedev: la opción de estudiar una de las cuatro religiones “tradicionales” rusas o bien la nueva asignatura “Fundamentos de cultura religiosa” o “Ética pública”.
En cualquiera de sus versiones, la asignatura se impartirá solamente en un cuatrimestre. La Iglesia ortodoxa cree que es muy poco tiempo y está pidiendo que se extienda durante todo el curso.